Boceto — composición

Otoño —por Salvador Núñez (Humano 666)

El boceto es el esqueleto de la creación, el soporte, la visión primera de las dificultades.
Unos maestros chabacanos dicen que el boceto no es importante, que es solo una referencia y que las cosas se arreglan en el camino. Basta con ver los bocetos de Daumier, Dalí, Picasso, Leonardo, Rembrandt o Durero para darse cuenta que esos maestros son mediocres, temerosos o envidiosos frente el alumno. No les hagas caso. Es preferible no tener maestro, mirar a la naturaleza como si fuera una maestra y consultar  los consejos de los grandes maestros, de esos que han superado las palabras "moda" y "tiempo"  


Para establecer tu composición lo primero que tienes que hacer es ver el ritmo. Ese ritmo está presente en la naturaleza, cuando caminas, al peinar tu pelo (silo tienes largo), en la caída de las hojas, en el movimiento del mar, en las algas que danzan con la corriente, en las nubes. Aveces este ritmo es poco evidente y en esos casos la belleza de la naturaleza no conmueve, pero cuando hay jirones de nubes, paisajes en perfecto equilibro con el hombre, en los trigales azotados por el viento o la faena, ahí la belleza es innegable.

Existe cierto paralelismo en las cosas, por ejemplo: los brazos son paralelos, las facciones del rostro son paralelas y simétricas, los senderos son paralelos, muchos contornos de troncos son casi paralelos. Cuando ese paralelismo se mueve nace la radiación, es decir, el movimiento que parte de un origen común. Si separas los dedos de tu mano el paralelismo se acabará, pero ese movimiento tendrá un origen que atará todos los terminales.   

En el dibujo es esta nota el verde como un paralelismo curvilíneo, y en las lineas rojas y azules un paralelismo rectilíneo.

Del Boceto:  No debes preocuparte por conseguir un papel muy fino, una hoja bond o craft puede ser un excelente compañero de trabajo. Lo importante es que trates con respeto a ese papel, no garabatees por garabatear , tienes que ser consciente que se trata de una obra de arte, no de un arte menor. Gracias a los dibujos de Leonardo hemos llegado a comprender todas las inquietudes del maestro renacentista, el sabía que esos bocetos eran valiosos, por eso no los quemó ni los dejó botados por ahí: Tú deberás proceder de la misma manera. Trabaja con detenimiento, con pasión, ese boceto tiene que hablar por si solo cuando esté acabado.

Otro truco para el boceto es narrar lo que sentías o pensabas en el margen, pueden ser apuntes de colores, conceptos o sentimientos. así cuando lleves el boceto al cuadro sabrás cual fue la intención inicial. Este boceto lo hice tiempo atrás, al revisar mis notas lo redescubrí, me pareció bueno, entonces lo acomodé en el tablero y lo acabé en sus sombras y ritmos. Creo que puede llegar a ser un buen óleo.